miércoles, 12 de enero de 2011

Triste y dulce a la vez


Era una niña dulce, con palabras puñales de odio, eran unos besos escondidos en los labios dde mujer, como aquel tesoro perdido a quien quisiera pertenecer, Hasta hoy no recuerdo como esas lunas que son tus ojos y las estrellas que son mi mar me ayudaron con la fuerza celestial a conseguir la satisfacción de poderte amar...

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